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fraternitas unanimitatem cordis | union y conformidad tan grande, animæque demonstrat, sicut scrip- y tan trabada entre hombres de tan tum est Actorum, Iv: Multitudinis diversas naciones, tan diferentes autem credentium erat cor unum, et anima una: Mayor es la hermandad espiritual, que la carnal: porque la hermandad de la carne y sangre hácenos semejantes en los cuerpos; pero la espiritual hace que tengamos todos un alma y un corazon, como se dice en los Actos de los Apóstoles de la multitud de los creyentes.

y desiguales, ó por naturaleza, ό por estado, ó por la inclinacion, ingenio y condicion de cada uno, aunque difieren en los naturales; pero la gracia y virtud y dones sobrenaturales nos hacen conformes y unos Deus, qui habitare facit unius moris in domo: eso quiere decir ahí el Profeta. Y es tan grande la merced que el Señor por San Basilio (1) va ponderando su bondad y misericordia nos hamuy bien esta union tan grande de ce en esto, que no solamente noslos religiosos. ¿Qué cosa, dice, mas otros que estamos acá dentro lo agradable, qué cosa mas dichosa gozamos, sino su olor se esparce y bienaventurada, qué cosa mas y extiende tambien á los de allá maravillosa y admirable se puede fuera, con grande edificacion y imaginar? Homines ex diversis na- provecho suyo, y con grande glotionibus, ac religionibus profectos, ria de Dios nuestro Señor: y así per exactam morum, ac disciplinæ similitudinem, adeo in unum veluti coaluisse, ut in pluribus corporibus, unus modo esse animus videatur, vicissimque plura corpora mentis unius instrumenta cernantur: Ver hombres de tan diversas naciones y religiones, tan conformes y semejantes en las costumbres y modo num, et quam jucundum habitare de proceder, que no parecen sino fratres in unum: Verba ista Psalteuna ánima en muchos cuerpos, y rii, iste dulcis sonus, ista melodia, que muchos cuerpos son instrumen- etiam Monasteria peperit: Con estos de una ánima. Esto es lo que te sonido tan dulce y con esta voz en la vida de nuestro bienaventura- tan suave se despertaron los homdo Padre san Ignacio (2) se po-bres à dejar sus padres y sus hane por muy grande maravilla, y ciendas, juntáronse en uno en la como por milagro que ha hecho Religion: esta es la trompeta que Dios en la Compañía, ver una

(1) Basil. cap. 19 const. Monast.
(2) Lib. 5, cap. 13 vitæ P. S. Ignatii.

vemos, que muchos de los que entran en la Compañía, preguntados qué les movió é inclinó á ella, dicen que esta union y hermandad que ven en ella. Y concuerda esto muy bien con aquello que dice san Agustin sobre estas mismas palabras: Ecce quam bo

los convocó y juntó en diversas partes del mundo, pareciéndoles que era vida del cielo esta union

Agustin aprueba el dicho de aquel que llamaba á su amigo (1): Dimidium animæ meæ: La mitad de mi alma, un alma partida en dos cuerpos.

y caridad de unos con otros: esto como una cosa: Amicus est alter es lo que ha engendrado los monas- ego, et ego alter ipse: y así san terios, y poblado las religiones: esa es la piedra iman que atrae los corazones; y así tres cosas, dice el Sábio, que agradan mucho á Dios: Et sunt probata coram Deo, et hominibus. Eccli. xxv. La primera es: Concordia fratrum: La concordia y union entre los her

manos.

Para que veamos el valor y excelencia de esta caridad y amor del prójimo, y cuánto la estima el Señor, comencemos por estas últimas palabras de Cristo. Pondera aquí san Crisóstomo (2) que cuando

mandamiento de amar á Dios, añade luego, que el segundo mandamiento de amar al prójimo es semejante á este primero. Mirad, dice, la bondad y benignidad del Señor, que distando el hombre infinitamente de Dios, con todo eso quiere que le amemos con un amor tan cercano y semejante al amor con que amamos á Dios y así cási la misma medida nos pone en el amor del prójimo, que

Dos mandamientos tenemos de esta caridad: el uno es aquel primero y principal mandamiento puso Cristo aquel primero y gran de amar á Dios con todo nuestro corazon, y con toda nuestra alma, y con todas nuestras fuerzas: Hoc est maximum, et primum mandatum; secundum autem simile est huic: Diliges proximum tuum sicut te ipsum. Matth. XXII. El segundo es que amemos al prójimo como á nosotros mismos. De este segundo mandamiento hemos de tratar ahora; porque él es el que hace la union y hermandad de que pretendemos tratar. Esta union de los ánimos puso en el amor de Dios: porque á y corazones, es efecto y propiedad de esta caridad y amor que, como dice san Dionisio (1), tiene fuerza de unir y trabar unas cosas con otras; y así san Pablo la llama Vinculum perfectionis: Atadura y trabazon perfecta, que traba y une entre sí las cosas apartadas: hace de muchas voluntades una; hace que lo que quiero para mí, lo quiera para los otros; hace que los quiera, como á mí, y que el amigo sea otro yo: que seamos (1) Dionys. cap. 4 de divin. nom.

Dios, dice que le amemos de todo nuestro corazon, y con toda nuestra alma; y al prójimo, dice que le amemos como á nosotros mismos. Mas así como acá, cuando queremos á uno bien y lo queremos encomendar mucho á otro, solemos decir, si amáreis á este, me amaréis á mí; así, eso dice san Crisostomo que quiso decir Cristo en decir: Secundum autem simi

(1) August. lib. 4 Confess. cap. 6.

(2) Chrysostom. homil. 25 super epist. ad Rom.

porque la infinita bondad de Dios es digna de ser por sí misma amada, y que por ella juntamente amemos al prójimo.

le est huic. Joan. XXI. Si amais al | amor espiritual y sobrenatural, prójimo, amaréis á Dios: y así amando al prójimo por Dios, y con dijo él á san Pedro: Si diligis me, el mismo amor de caridad que amapasce oves meas: Si me amas, apa- mos á Dios; y así notan los teócienta mis ovejas; como si dijera: los, y los Santos, que es una Si me amas á mí, ten cuidado de misma caridad y una misma virlos mios, y en eso se verá si me tud la con que amamos á Dios por amas á mí. Dios, y la con que amamos al próMas quiere el Señor que ame- jimo por el mismo Dios: y dicen, mos al prójimo con el mismo que así como cuando amamos á amor que le amamos á él; y este Dios, es virtud teologal, que quiees el mandamiento nuevo que nos re decir divina, y que mira y tiene dió Cristo: Mandatum novum do à Dios por blanco y por objeto; así vobis, ut diligatis invicem, sicut tambien es virtud teologal y didilexi vos. Joan. XIII. Así como vina, cuando amamos al prójimo Cristo nos amó puramente por porque le amamos por Dios; esto es, Dios, y para Dios; así quiere tambien que nosotros amemos al prójimo por Dios, y para Dios. Por eso dice san Agustin (1), que le llama mandamiento nuevo, no Finalmente, no hallarémos en solo porque nos fue nuevamente toda la divina Escritura cosa mas explicado, y nuevamente enco- encarecida, ni mas á menudo enmendado por Cristo por palabra, y comendada y repetida, que esta por ejemplo, sino porque verda- union y caridad fraterna; y Crisderamente es amor nuevo el que to Señor nuestro al tiempo de su nos pide. El amor natural, funda- partida, en aquel último sermon do en carne y sangre, y en respe- de la cena, nos lo torna á encotos humanos, y en intereses propios y particulares; ese es amor muy viejo y antiguo, ese es amor que le tienen, no solo los buenos, sino tambien los malos; y aun no solo los hombres, sino tambien los brutos animales: Omne animal diligit simile sibi, dice el Sábio, Eccli. XIII. Pero el amor con que Cristo quiere que nosotros amemos á nuestros prójimos y hermanos, es amor nuevo, porque ha de ser (1) August. tract. 65 super Joan.

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mendar una y otra vez: Hoc est præceptum meum, ut diligatis invicem, sicut dilexi vos. Joan. xv. Este es mi mandamiento, que os ameis unos á otros, como yo os he amado á vosotros; y luego torna à decir: Hæc mando vobis, ut diligatis invicem. Joan. xv. Esto os mando, como en testamento; esta es mi última voluntad: para que por aquí veamos cuánto deseaba. que quedase esto impreso y arraigado en nuestros corazones, co

PARTE I.

mo quien sabia cuánto nos impor- habueritis ad invicem. Joan. XIII. Mirad, dice, cuánto peso y cuánta fuerza puso el Señor en este mandamiento, que esta quiere que sea la señal y divisa para que el mun

taba, y que de aquí dependia toda la ley y cumplimiento de todos los demás mandamientos, conforme à aquello del Apóstol, ad Rom. XIII: Qui diligit proximum, legem im-do nos conozca y tenga por discíplevit; y de ahí tomó esta doctri- pulos suyos. na aquel su amado discípulo, que No para ahí Cristo Señor nuesno parece que trata de otra cosa tro: porque en aquella oracion, que en sus Canónicas, como quien la hizo al Padre eterno, que refiere habia mamado á los pechos de su san Juan en el cap. xvii de su saMaestro. Refiere de él san Jeró- grado Evangelio, no solo quiere nimo en sus Comentarios, que sien- que nos conozcan en esto por discído ya muy viejo, que apenas po- pulos suyos, sino que haya tanta dia ir á la iglesia, sino que era me- union y hermandad entre nosnester que le llevasen sus discípu- otros, que baste á convencer al los en brazos, solamente predica- mundo de la verdad de nuestra fe baesto: Filioli, diligite alterutrum. y Religion, y de que Cristo es Ad Galat. vI. Hijos mios, amaos Hijo de Dios; que es una cosa, unos á otros; y cansados y enfada- que pondera muy bien san Crisósdos los discípulos de que siempre les repitiese una misma cosa, dijéronle: Maestro ¿por qué nos decís siempre esto? Respondió: Dignam Joannis sententiam, dice san Jerónimo, una sentencia digna de san Juan: Quia præceptum Domini est, et si solum fiat sufficit: porque es mandamiento del Señor, y si le cumplís, él solo basta. Omnis enim lex, in uno sermone impletur: Diliges proximum tuum sicut teipsum. Ad Galat. v. Aquí se resumen todos los mandamientos: si este guardais, todos los guardaréis.

Pondera aquí san Agustin (1): Et tantum pondus præcepti in ea sententia constituit Dominus, ut diceret, in hoc cognocent omnes, quia discipuli mei estis, si dilectionem (1) August. lib. 83, q. 9, art. 71.

tomo (1): Non pro eis rogo tantum, sed et pro eis, qui credituri sunt per verbum eorum in me, ut omnes unum sint, sicut tu Pater in me, et ego in te, ut et ipsi in nobis unum sint, ut credat mundus, quia tu me misiti. Joan. XVII. Ruégote, Padre eterno, no solo por estos mis discípulos, sino tambien por todos aquellos que por medio de ellos han de creer en mí, que todos ellos sean uno entre sí, así como tú estás en mí, y yo en tí; para que crea el mundo, que tú meenviaste. ¿Púdose encarecer mas la excelencia de esa union y hermandad? Pues basta, y ha de bastar para que el mundo confiese ser ella obra de la venida del Hijo de Dios al mundo, y para que se (1) Chrysost. homil. 8 super Joann.

rinda á recibir su doctrina y reli- | imitacion y semejanza del amor gion cristiana. que tiene à su Hijo, es en que les Vióse bien la verdad y fuerza da esta gracia de union y hermande esto en lo que acaeció á Paco-dad de unos con otros, como vemos mio (1), que siendo soldado en el que la dió y comunicó en la priejército de Constantino Magno y mitiva Iglesia á aquella gente que gentil, y faltándoles el manteni- tenia las primicias del espíritu; y miento á los soldados y muriendo así dice san Juan: Si diligimus inde hambre, llegaron á una ciudad vicem, Deus in nobis manet, et donde les favorecieron, y se junta- charitas Dei in nobis perfecta est. ron los de ella á traerles todo lo I Joan. Iv. Si nos amamos unos á necesario con tanta abundancia y otros, es señal que mora Dios en voluntad, que espantado Pacomio nosotros, y nos ama mucho. Si preguntó: ¿Qué gente era aquella en donde están congregados dos ó tan inclinada á hacer bien? Res- tres en el nombre del Señor, dice pondiéronle, que eran cristianos, él que está allí en medio de ellos: cuyo instituto era recibir á todos, y Ubi enim sunt duo, vel tres congreayudarles y hacerles bien. Luego gati in nomine meo, ibi sum in mese sintió tocado interiormente para dio eorum, Matth. xxvIII; ¿qué seseguir su instituto; y levantando rá donde están unidos y congrelas manos al cielo, y poniendo por gados tantos en su nombre, y por testigo à Dios, se entregó á la su amor? Pues para que gocemos religion cristiana. Aquello le fue de tantos bienes y tengamos esta motivo para convertirse, y creer prenda tan grande de que more que aquella era la verdadera fe y Dios en nosotros y nos ame con religion. particular amor, procuremos con

CAPÍTULO II.

De, la necesidad que tenemos de

Añade el Redentor del mundo servarnos siempre en esta caridad otra cosa de grandísimo consuelo: y union. Ut cognoscat mundus, quia tu me misisti, et dilexisti eos, sicut et me dilexisti. Joan. XVII. Ruégote, Padre eterno, que sean uno entre sí, para que conozca el mundo que los amas á ellos, así como me amas á mí. Una de las principales señales en que se ve el principal privilegio del amor que Dios tiene á una congregacion, que la ama con amor privilegiado y singular, à (1) Cæsar Baron. tom. 3, p. 144, et apud perfectionis. Ad Colos. III. El após

Metafr. die 14 maii.

esta union y caridad, y de algunos medios para conservarnos en ella.

Super omnia autem hæc, charitatem habete, quod est vinculum

tol san Pablo escribiendo á los co

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