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CAPÍTULO XXII.

De algunos medios para estar con atencion y reverencia en la oracion.

la guerra que puede, à los que hacen oracion, tienen ordenado, que en el principio de cada una de las Horas canónicas se diga aquel verso: Deus in adjutorium meum intende: Domine, ad adjuvandum me festina, Psalm. LXIX: donde pediEl bienaventurado san Basilio mos favor al Señor para orar co-pregunta (1): ¿Cómo podrá uno mo debemos, y defendernos de las tener su corazon firme, atenasechanzas y tentaciones de nues-to y no divertido en la oracion? tros enemigos.

Y responde, que el medio mas efiLo tercero, nacen algunas veces caz para esto es considerar que estos pensamientos y distraccio- está delante de Dios, y que le está nes, sin culpa nuestra, de nuestra mirando como ora; porque si acá propia enfermedad y flaqueza; el que está delante de un príncipe, porque somos tan flacos y mise- hablando con él, está con gran rables, y quedó nuestra naturaleza respeto y reverencia, teniendo tan lisiada y estragada por el pe- grande atencion á lo que hace, y cado, y especialmente nuestra ima- á la manera y modo que guarda ginativa, que ni un Pater noster en ello, y tendria por gran descorpodemos decir, sin que se nos tesía volver las espaldas, ó mezofrezcan diversos pensamientos, co- clar otras razones impertinentes; mo de ello se quejaba san Bernar- ¿qué hará el que atentamente condo. Para esto será muy buen reme-sidera que está delante de la madio tomar por materia de oracion jestad de Dios, y que le está milo mismo que padecemos, humi- rando, no solo lo exterior que se llándonos, considerando y cono- ve de fuera, sino lo mas íntimo de ciendo cuán grande sea nuestra fla- su corazon? ¿Quién habrá, dice, que queza porque esa humildad, y ose apartar los ojos y el corazon este conocimiento propio, será de lo que está haciendo, y se atremuy buena oracion; pero fuera va á volver las espaldas á Dios, y de esto dirémos otros remedios que dan los Santos y maestros de la vida espiritual.

estar pensando allí en otras cosas impertinentes? Aquel gran Jacob monje, como cuenta Teodoreto (2), usaba de esta consideracion, para mostrar cuán grande desacato sea este; y tráela tambien san Agustin sobre el salmo LXXXIII. Si

(1) Basil. in regul. breviorib. 201 et 206; et in const. Monach, solitar.

(2) Theodor. in hist. Sanct. Patr. c. 21.

yo, dice, fuese criado de un hombré Haced cuenta que cuando vais á la que es de mi misma naturaleza, y oracion, entrais en aquella corte en el tiempo que le tengo de servir celestial, en la cual el Rey de la dejase de traerle el manjar y la gloria está sentado en un cielo bebida por hablar con otro cria- estrellado, cercado de innumerado; con justa razon me repren- bles Ángeles y Santos, que todos deria y castigaria. Y si yendo de- os están mirando, conforme à aquelante de un juez á querellarme de llo de san Pablo: Spectaculum facalguno que me injurió, le dejase ti sumus mundo, et Angelis, et hocon la palabra en la boca, y le minibus. I ad Cor. Iv. San Bernardo volviese las espaldas, y me parase aconseja en esto lo que él debia haá hablar con alguno de los que es- cer: Veniens ad Ecclesiam, pone matuviesen presentes; ¿no os parece num tuam super os tuum, et dic: que el juez me tendria por desco- Expectate hic cogitationes malæ, inmedido, y me mandaria echar del tentiones, et affectus cordis, et aptribunal, donde estaba juzgando, petitus carnis; tu autem anima mea como á hombre malcriado? Pues intra in gaudium Domini Dei tui, eso es lo que hacen los que yendo ut videas voluntatem Domini, et á la oracion à hablar con Dios se visites templum ejus: Cuando endistraen pensando en otras co-trares en la iglesia, ó te recogieres sas impertinentes. Nuestro Padre à orar, pon la mano sobre tu bosan Ignacio en el libro de los Ejer- ca, y dí: Quedaos aquí á la puerta, cicios espirituales nos pone tam- pensamientos y apetitos malos; y bien este medio en una de las adi- tú, alma mia, entra en el gozo ciones ó advertencias que da pa- de tu Señor, para que veas y hara la oracion, donde dice, que un gas su santa voluntad. San Juan poco antes de entrar en la ora- Clímaco dice (1): El que cuando cion, por espacio de un Pater nos- hace oracion considera de veras ter levantemos el espíritu al cielo, que está delante de Dios, está coy consideremos que está allí Dios mo una columna firme y constanpresente, y que nos está mirando, te, que no se mueve; y refiere, que y así con gran reverencia y humil-mirando él una vez que un relidad entremos en la oracion; y hemos de procurar que esta presencia de Dios no se nos pierda de vista en todo el tiempo de la meditacion, conforme à aquello del Profeta: Et meditatio cordis mei in conspectu tuo semper. Psalm. xviii.

San Juan Crisóstomo dice (1): (1) S. Joan. Chrysostomus, super illud

gioso estaba mas atento que los otros en el cantar de los salmos, y que especialmente al principio de los himnos, con la figura y semblante que mudaba, parecia que hablaba con otro, le rogó despues

Psalm. IV: Miserere mei, et exaudi orationem meam, tom. 1.

(1) Climac. in Scal. spirit. grad. 4 et 18.

que le dijese qué significaba aque-hijo de David, ten misericordia de llo. Respondió el monje: Yo al mí: así lo habemos de hacer nosprincipio del oficio divino suelo otros, aunque el Señor disimule recoger con gran cuidado mi co- y parezca que pase de largo sin razon y pensamientos, y llamán-visitarnos, y aunque la turba y dolos ante mí, les digo: Venite, muchedumbre de pensamientos y adoremus, et procidamus, et plore- tentaciones nos impela á callar, no mus ante Dominum, qui fecit nos; por eso habemos de callar, sino dar quia ipse est Dominus Deus noster, mayores voces: Jesu, fili David, et nos populus pascuæ ejus, et oves miserere mei: Señor, habed misemanus ejus. Psalm. LXIV. Venid, ricordia de mí. Confirma me, Doadoremos, y postrémonos delante mine Deus, in hac hora. Judith, del Señor. Todas estas son muy bue- c. XIH. Señor, fortaleced y confornas y muy provechosas considera-tad este corazon en esta hora, para ciones para estar con atencion y re- que pueda pensar en Vos, y estar verencia en la oracion. firme y constante en la oracion. Otros dan por remedio estar de- Decia una Santa (1): Si no pudielante del santísimo Sacramento, res hablar con Dios con el corasi estamos donde lo podemos ha-zon, no dejes de hablarle con la cer; ó sino, mirar adonde está el boca muy á menudo; porque lo santísimo Sacramento mas cerca, que así se dice frecuentemente, fáy poner allá el corazon, y tambien cilmente da fervor y calor al comirar á las imágenes: otros se ayu- razon: y confiesa de sí esta Santa, dan mirando al cielo. Tambien es que algunas veces, por no hacer muy buen remedio para avivarse estas oraciones vocales, perdió la uno, cuando tiene distracciones y oracion mental; porque era, dice, sequedad en la oracion, decir al- agravada é impedida de la peregunas oraciones jaculatorias, y za y del sueño. Y por nosotros hablar vocalmente con Dios, re-pasa esto: algunas veces acontece presentándole su flaqueza, y pi- dejar uno de hablar en la oracion diéndole remedio para ella: Do- de pereza y flojedad, y por estar mine, vim patior, responde pro me: medio dormido; y si hablara, se Señor, responded por mí, que padez- despertara y avivara para la oraco fuerza. Aquel ciego del Evange-cion. lio, aunque Cristo Señor nuestro Tambien dice Gerson que es parece que disimulaba y se pasa-buen remedio para las distraccioba de largo, y aunque la gente de- nes llevar bien preparado el ejercia que callase, él no dejaba de cicio, y determinados diversos dar voces, antes las levantaba mas, puntos para la oracion; porque clamando y diciendo (1): Jesús, con esto, cuando uno se distrae, (1) Isai. XXXVIII; Marc. x; Luc. XVIII. (1) S. Angela de Fulgin. cap. 58 et 62.

en advirtiendo en ello, tiene ya su mente palabras de la divina Escripunto cierto y determinado pa- tura dictadas por el Espíritu Sanra acogerse á él; y si en él no halla to, el leerlas con un poco de quieentrada, pasa luego á otro punto tud y reposo despierta una nuede los que lleva prevenidos, y tor- va atencion y devocion para mena mas fácilmente à enhilar su ora- ditarlas y aprovecharse mas de cion. Y nosotros hallamos, cuando ellas. nos examinamos, que muchas veces la causa de estar distraidos y andar vagueando en cosas diversas, suele ser por no llevar bien prevenidos y sabidos los puntos sobre que habemos de tener la oracion, ni tener cosas ciertas y determinadas á que acogernos.

Tambien nos ayudará mucho para esto, que luego en despertando, no dando lugar á otros pensamientos, pensemos en el ejercicio que habemos de tener, preparándonos para la oracion con alguna consideracion acomodada á lo que habemos de meditar. Casiano, san Fuera de esto, este aviso y el si- Buenaventura y san Juan Clímaguiente son necesarios para ir pre-co (1) tienen por muy importante parados á la oracion; y así nuestro este aviso, y dicen que de esto suePadre nos encomienda esto con pa- le depender el gobierno de la oralabras encarecidas (1): Magnopere cion, y por consiguiente el conjuvabit, ante ingressum exercitii cierto de todo el dia. Y advierte tractanda puncta comminisci, et nu-san Juan Clímaco, que como el mero certo præfinire: Ayudará, di- demonio ve que esto es de tanta ce, grandemente antes de entrar en importancia, anda muy diligente la oracion, recapacitar los puntos y solicito, aguardando á que desque se han de meditar, y llevar de- pertemos, para ocupar luego la poterminado el número de ellos. Y sada, y coger las primicias de toleemos de él, que lo hacia así, no do el dia; y dice que hay entre los solamente en sus principios, sino espíritus malos uno que llaman despues tambien, siendo ya viejo, precursor, el cual tiene este oficio, leia y preparaba su ejercicio de que está aguardando á saltearnos parte de noche, y se acostaba con de noche, al tiempo que despertaese cuidado; para que nadie pien-mos del sueño, aun antes que acase, que es esta cosa de novicios: y bemos de despertar, cuando uno aunque uno sepa bien el ejercicio aun no está del todo en sí, para por haberlo meditado ya otras ve- ponernos delante cosas feas y súces, con todo eso es muy bueno cias, ó á lo menos cosas impertiprepararle de nuevo, especialmente que como aquellas son comun

(1) S. Ignat. lib. Exercit. spirit. notabil. 3, 4 hebdom.

(1) Bonavent. informat. novit. part. 1, cap. 4: Cum evigilas, statim omnes cogitationes tuas abjice de corde tuo, et offer Deo primitias cogitationum tuarum.

nentes, para tomar la posesion de mo qui tentat Deum. Eccli. XVIII. todo el dia; porque le parece que Antes de la oracion preparaos bien todo él será del que primero ocupa-para ella, y no seais como el homre el corazon. Por esto importa bre que tienta á Dios. Notan sanmucho que nosotros tambien este-to Tomás y san Buenaventura somos muy sobre aviso para no dar bre estas palabras (1), que irse á lugar á esto, sino que luego en des- la oracion sin preparacion, es copertando, apenas hayamos abierto mo tentar à Dios porque tentar á los ojos, cuando ya esté plantada en nuestro corazon la memoria del Señor, antes que otro pensamiento peregrino ocupe la posada (1): de lo cual nos avisa tambien nuestro santo Padre, y añade, que lo mismo se ha de guardar en su manera, cuando la oracion se tiene á otra hora, recogiéndonos un poquito antes á pensar á dónde voy, y delante de quién tengo de parecer, y recapacitando brevemente el ejercicio que tengo de meditar, como quien templa la vihuela para tañer: y generalmente decia nuestro santo Padre que de la guarda de estos y otros semejantes avisos, que él llama adiciones, dependia en gran parte el tener bien la oracion, y el sacar fruto de ella; y nosotros lo experimentamos muy ordinariamente, que cuando vamos bien preparados y guardamos bien estos avisos, nos va bien en la oracion, y cuando no, nos va mal.

Dice el Espíritu Santo por el Sábio: Ante orationem præpara animam tuam, et noli esse quasi ho

(1) Climac. cap. 21; S. Ignat. lib. Exercit. spirit. addit. 2, prioris hebdom. et addit. 5, secundæ hebdom. et in 1 orand. modo.

Dios, dicen los teólogos y los Santos, es querer alcanzar alguna cosa sin poner los medios ordenados y necesarios para eso; como si uno dijese, no quiero comer, que Dios bien me puede sustentar sin comer, él me sustentará : seria tentar á Dios, y pedir milagros sin necesidad, como dijo Cristo nuestro Señor al demonio cuando le llevó al pináculo del templo, y le persuadia que se echase de allí á bajo, que Dios mandaria á sus Ángeles que le recibiesen y llevasen en palmas. Respondió él: La Escritura dice: Non tentabis Dominum Deum tuum. Matth. IV. No tentarás á tu Dios y Señor : Yo me puedo bajar por la escalera; eso otro es tentar á Dios, y pedir que haga milagros sin necesidad. Pues tan principal y tan necesario medio es para la oracion el prepararnos para ella, que dice el Sábio, que querer tener oracion sin esta preparacion, es como tentar á Dios, y querer que haga milagros con vos. Nuestro Señor bien quiere que tengamos buena oracion, y con mucha atencion y reverencia,

(1) S. Thom. 2, 2, quæst. 97, art. 2, ad 2; Bonavent. in opusc. cui tit. est: Regula novitior. cap. 2.

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