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lla comarca de dos años abajo, | la hora: ya es llegada; y así véisno pudo dar con el niño que bus- me aquí, yo soy. ¿Qué hizo allá

Saul, que fue figura de esto? ¿Qué diligencias y medios puso para haber á las manos á David? Un rey de Israel contra un hombre particular: Ut quærat pulicem unum, I Reg. XXVI, 20, et cap. xxiv, 15, como dijo el mismo David; con todo eso nunca le pudo haber. Nótalo muy bien la divina Escritura, y da esta razon: Non tradidit eum in manus ejus. I Reg. xxv. Porque no quiso Dios entregarle en sus manos: ahí está todo el punto.

Y así nota muy bien san Cipriano (1) sobre aquellas palabras: Et ne nos inducas in tentationem, Matth. vi: que todo nuestro temor, y toda nuestra devocion y atencion en las tentaciones y trabajos, lo habemos de poner en Dios, porque ni el demonio ni otro ninguno nos puede hacer mal alguno, si Dios primero no le da poder para ello.

caba, porque no queria él morir entonces; y los judíos y fariseos muchas veces quisieron echar mano de Cristo y darle la muerte: una vez le llevaron á lo alto del monte, sobre que estaba edificada su ciudad, para despeñarle de allí abajo, y dice el sagrado Evangelio: Ipse autem transiens per medium illorum ibat. Luc. IV. Él íbase con mucha paz por medio de ellos; porque no habia escogido aquella manera de muerte, y así ellos no se la podian dar. Otra vez le quisieron apedrear, y tenian ya las manos levantadas en alto con sus piedras para tirarle, y púsose Cristo nuestro Señor con mucha paz á razonar con ellos, y preguntarles: Multa bona opera ostendi vobis ex Patre meo; propter quod eorum opus me lapidatis? Joan. x. Muchas buenas obras os he hecho, ¿por cuál de ellas me quereis apedrear? No permitió ni les dió licencia que meneasen Lo segundo, aunque esta verdad las manos: Quia nondum venerat bien sentida es muy bastante y hora ejus, Joan. vii; porque no de grande eficacia para conformarera llegada su hora; pero cuan-nos en todas las cosas con la vodo llegó la hora en que él ha- luntad de Dios, con todo eso no bia determinado morir, entonces habemos de parar ahí, sino pasar pudieron hacer lo que el Señor adelante á otra cosa, que se sigue habia determinado padecer, por- de esa, y la notan los Santos (2), y que quiso él, y les dió entonces li-es, que juntamente con venirnos cencia para ello: Hæc est hora todas las cosas de la mano de Dios, vestra, et potestas tenebrarum, Luc. XXII, les dijo, cuando le vinieron á prender. Cada dia estaba con vosotros en el templo, y no me prendísteis, porque no era llegada

(1) S. Cyprianus, serm. de Oration. Dominic.

(2) Dorot. doctr. 13; Nil. cap. 29 de orat. Idem dixit Dominus S. Gertrud. refert

Blos. cap. 11 Monilis spirit.

habemos de entender que vienen fe, ó porque así lo hemos leipara nuestro bien y provecho. Las do ú oido; sino es menester que penas de los condenados de ma- actuemos y avivemos esta fe, prono de Dios les vienen, pero no pa- curando entender y sentir esto ra provecho y remedio de ellos, si- prácticamente, de manera que vengamos á tomar todas las cosas que nos suceden como si sensible y visiblemente viésemos á Cristo nuestro Señor que nos está diciendo: Toma, hijo, esto te envio; mi voluntad es que hagas ó padezcas ahora esto y esto; porque de esta manera se nos hará muy fácil y muy suave el conformarnos en todas las cosas con la voluntad de Dios; porque

no para puro castigo: mas las penas y trabajos que en esta vida envia Dios á los hombres, ahora sean justos, ahora pecadores, siempre habemos de creer y confiar de aquella infinita bondad y misericordia que los envia para nuestro bien, y porque aquello es lo que mas conviene para nuestra salvacion. Así lo dijo la santa Judith, cap. VIII, á su pueblo, cuando esta-si se os apareciera el mismo Jesuban en aquella afliccion y aprieto tan grande, cercados de sus enemigos: Ad emendationem, et non ad perditionem nostram evenisse credamus: Creamos que nos ha enviado Dios estos trabajos, no para nuestra perdicion, sino para enmienda y pro-que aunque fuese la cosa mas difivecho nuestro. De una voluntad tan buena como la de Dios, y que tanto nos ama, bien ciertos y se guros podemos estar, que no quiere sino lo bueno y lo mejor, y lo que más nos conviene à nosotros; lo cual adelante se declara mas en los cap. 10 y 22.

cristo en persona, y os dijera: Mira, hijo, que esto es lo que quiero de tí: este trabajo ó enfermedad quiero que padezcas ahora por mí: en este oficio ó ministerio quiero que me sirvas; claro está

cultosa del mundo, la haríais de muy buena voluntad todos los dias de vuestra vida, y os tendríais por muy dichoso de que Dios se quisiese servir de vos en aquello, y por mandároslo él, entenderíais que aquello era lo mejor, y lo que mas convenia para vuestra salvacion, y no dudaríais de eso, ni os vendria primer movimiento contra ello.

Lo tercero, para que nos aprovechemos mas de esta verdad, y este medio sea mas eficaz para alcanzar una perfecta conformidad con Lo cuarto, es menester que la voluntad de Dios, no.nos habe- en la oracion nos ejercitemos mos de contentar con entender es- y actuemos mucho en este ejerpeculativamente que todas las co- cicio, cavando y ahondando en sas vienen de la mano de Dios, ni aquella riquísima mina de la con creerlo en general, y á carga providencia tan paternal y tan cerrada, porque así nos lo dice la particular que tiene Dios de nos

CAPÍTULO X.

De la providencia paternal y particular que tiene Dios de nosotros, y de la confianza filial que habemos de tener nosotros en él.

otros; porque de esa manera daré-¡ guardados; y mas que eso dice: mos con este tesoro lo cual iré- Abscondes eos in abscondito faciei mos declarando en los capítulos si- tuæ. Psalm. xxx. Escóndenos el Seguientes. ñor en lo mas escondido y apartado de su rostro, que son los ojos, en las niñetas de ellos nos esconde; y así dice otra letra : In oculis faciei tuæ : Hácenos Dios niñas de sus ojos, para que así se verifique bien lo que dice en otra parte: Custodi me, ut pupillam oculi. Psalm. xvi. Qui tetigerit vos, tangit pupillam oculi mei. Zachar. II. Como las niñetas de los ojos, así estamos guardados debajo de su amparo y proteccion; y quien tocare à vosotros, dice Dios, me toca á mí en la lumbre de los ojos. No se puede imaginar cosa mas rica, ni mas preciosa, ni mas para estimar y desear que esta.

Una de las mayores riquezas y tesoros de que gozamos los que tenemos fe, es la providencia tan particular y tan paternal que Dios tiene de nosotros, que estamos ciertos que no nos puede venir ni acontecer cosa alguna, que no venga colada y registrada por las manos de Dios; y así decia el profeta David: Domine, ut scuto ¡Oh si acabásemos de conocer y bonæ voluntatis tuæ coronasti nos. entender bien esto, cuán ampaPsalm. v. Nos habeis, Señor, cerca- rados y remediados nos sentiríado y guardado con vuestra buena mos, y cuán confiados y consolavoluntad, como con un escudo fortí- dos estaríamos en todas nuestras simo. Estamos rodeados por todas necesidades y trabajos! Si acá un partes de la buena voluntad de hijo tuviese un padre muy rico y Dios, que no nos puede entrar nin- poderoso, y muy privado y favoguna cosa, sino por ella y así no recido del Rey, ¡ qué confiado y hay que temer; porque no dejará seguro estaria en todos los negoél entrar ni pasar á nosotros cosa cios que se le ofreciesen, que no alguna, si no es para mayor bien le faltaria el favor y amparo de y provecho nuestro : Quoniam abs- su padre! Pues & con cuánta mayor condit me in tabernaculo suo, in die razon habemos nosotros de tener malorum protexit me, in abscondi- esta confianza y seguridad, conto tabernaculi sui, Psalm. xx, di- siderando que tenemos por padre ce el real Profeta : En lo mas se-á aquel en cuyas manos está tocreto de su tabernáculo y de su do el poder del cielo y de la tierrecámara nos tiene Dios escondi- ra, y que no nos puede acontecer dos, debajo de sus alas nos tiene cosa alguna, sin que primero pase

por su mano? Si esta manera de pater meus, et mater mea dereliqueconfianza tiene un hijo con su pa- runt me: Dominus autem assumpsit dre, y con ella duerme seguro, me. Psalm. xxvi. ¡Oh qué buen Pa¿cuánto mas la debemos nosotros dre habeis tomado, en lugar del que tener en aquel que es mas padre dejásteis! Con mas razon y con que todos los padres, y que en su mayor confianza podeis vos decir: comparacion no merecen los otros Dominus regit me, et nihil mihi el nombre de padres; porque no hay deerit. Psalm. xxI. Dios se ha enentrañas de amor que se puedan cargado y tomado cuidado de mí y comparar á las que Dios tiene con de todas mis cosas, no me faltanosotros? Sobrepuja infinitamente rá nada: Ego autem mendicus sum, todos los amores que pueden tener et pauper: Dominus solicitus est todos los padres de la tierra. De mei. Psalm. xxxIx. Dios anda solícital Padre y Señor bien confiados to y cuidadoso de mí: ¿quién no se y seguros podemos estar, que todo consolará con esto, y no se derretirá lo que nos enviare será para nues- en amor de Dios? ¿Que estais Vos, tro mayor bien y provecho; por- Señor, encargado de mí, y teneis que el amor que nos tiene en su tanto cuidado de mí, como si en unigénito Hijo, no le dejará ha- el cielo y en la tierra no tuviécer otra cosa, sino buscar el bien rais otra criatura que gobernar de aquel por cuyo amor entregó sino á mí solo? ¡Oh si cavásemos y á su Hijo á dolores de cruz: Qui ahondásemos bien en este amor, y etiam proprio Filio suo non pepercit, providencia, y proteccion tan pased pro nobis omnibus tradidit il-ternal y tan particular que tiene lum; quomodo non etiam cum illo Dios de nosotros! omnia nobis donavit? dice el após- De aquí nace en los verdaderos tol san Pablo, ad Rom. viii. El que siervos de Dios una muy familiar nos dió á su unigénito. Hijo, y le y filial confianza en él, la cual en entregó á muerte por nosotros; el algunos es tan grande, que no hay que nos ha dado lo mas, ¿cómo no hijo en el mundo que esté en todas nos dará lo menos? Y si todos de- las cosas tan confiado en la proben tener esta confianza en Dios, teccion de su padre, cuanto ellos ¿cuánto mas los religiosos, á quie- lo están en la de Dios: porque sanes él particularmente ha recibido ben que tiene para con ellos enpor suyos, y les ha dado espíritu y trañas mas que de padre, y mas corazon de hijos, y hecho que nie- que de madre, que suelen ser mas guen y dejen á sus padres carna- tiernas, como lo dice él por Isaías les, y que tomen á él por padre? en el cap. vi: Numquid oblivisci po¿Qué corazon y amor de padre, y test mulier infantem suum, ut non qué cuidado y providencia ten-misereatur filii uteri sui? Et si illa drá Dios con estos tales? Quoniam oblita fuerit, ego tamen non obli

viscar tui: ecce in manibus meis | todo será para mayor bien suyo, descripsi te muri tui coram oculis y que todo lo que les quitare por

una parte, se lo volverá por otra en cosa que mas les valga.

De esta confianza tan familiar y tan de hijos, que los justos tienen en Dios, nace en su alma la

grande que tienen, conforme à aquello de Isaías en el cap. xxxп: Et sedebit populus meus in pulchritudine pacis, et in tabernaculis fiducia, et in requie opulenta. Dice que reposarán sus hijos en una hermosísima paz, y en los tabernáculos de la confianza, y en un descanso muy cumplido y muy abastado de todos los bienes. Donde juntó muy bien el Profeta la paz

meis semper: ¿Qué madre hay que se olvide de su hijo chiquito, y que no tenga corazon para apiadarse del que salió de sus entrañas? Pues si fuere posible que haya alguna madre en quien pueda paz, tranquilidad y seguridad caber este olvido, en mí, dice el Señor, nunca jamás cabrá; porque en mis manos te tengo escrito, y tus muros están siempre delante de mí. Como si dijera: Tráigote en las palmas, y téngote siempre delante de mis ojos para ampararte y defenderte. Y por el mismo Profeta nos declara esto con otra comparacion muy regalada: Qui portamini à meo utero. Isai. XLVI. Así como la mujer que ha concebido, con la confianza; porque de lo uno trae al niño dentro de sus entra-se sigue lo otro : de la confianza se ñas, y ella le sirve de casa, de li- sigue la paz; porque quien está tera, de muro, de sustento y de muy confiado en Dios, no tiene todas las cosas; de esa manera di- que temer ni que turbarse, pues ce Dios que nos trae él en sus tiene á Dios por valedor; y así entrañas. Con esto viven los sier- decia el Profeta: In pace in idipsum vos de Dios tan confiados, y se dormiam, et requiescam; quoniam tienen por mas socorridos y reme- tu, Domine, singulariter in spe consdiados en todas sus cosas, que no tituisti me : En paz juntamente dorse turban ni inquietan con los va- miré y descansaré; porque tú, Serios acaecimientos de esta vida: Et ñor, aseguraste mi vida con la esin tempore siccitatis non erit sollici- peranza de tu misericordia. tum. Jerem. xvii. El corazon de los Y mas no solo causa grande justos, dice el profeta Jeremías, no paz esta confianza filial, sino grantiene zozobra, ni pierde su quie- de gozo y alegría: Deus autem tud y sosiego por los diversos suspei, dice el apóstol san Pablo, cesos y acaecimientos; porque sa-repleat vos omni gaudio, et pace in ben que ninguna cosa puede acon- credendo, ut abundetis in spe, et tecer sin voluntad de su Padre, y virtute Spiritus Sancti. Ad Rom. están muy satisfechos y confiados c. xv. Aquel crédito de que Dios sade su grande amor y bondad, que be lo que hace, y que lo hace por

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