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mente del arreglamiento de milicias, y tropa de forasteros, de sus frecuentes revistas y del armamento que se disponia, todo lo cual le tenia con un continuo recelo.

1762.

embarcado el capitan general Ceballos.

Aumentóse este, cuando supo que S. E. estaba embarcado el Noticia de haberse dia... de agosto con 2,700 hombres de milicias, trabajadores, y alguna tropa arreglada; que traia consigo muchos pertrechos, que no podian tener otro destino sino el sitio de su plaza. La consternacion que le causó esta noticia, le llevó á intentar el atentado mas feo que puede creerse de un hombre de su carácter.

Valióse de un dragon desertor nuestro, Italiano de nacion, nombrado Domingo Vidrinoti, para que de aquellos soldados, que clandestinamente pasaban de noche de nuestro cordon á la taberna ó pulpería, que tenia el desertor cerca de la plaza, sobornase uno de los que conociere mas á propósito para incendiar el almacen de pólvora, que entónces tenia hasta 600 barriles. Habló efectivamente á Joseph Chilibert, quien se tomó algun tiempo para deliberar sobre la peligrosa obra que se le encargaba. La impaciencia del gobernador no podia esperar una respuesta que se le dilataba: y así dos noches despues habló el mismo desertor á Alberto María, quien habiendo dado mas vivas esperanzas de ejecutarlo, vino al campo, y comunicó al comandante lo que se intentaba. Este dispuso que el dragon volviese á la plaza la siguiente noche, que llevase aquella ropa que suele servir de uso al soldado, que se diese por desertor, y la abandonase, para persuadir mejor que estaba resuelto á la ejecucion del atentado; pero que en todo caso de nadie recibiese la órden ni los instrumentos, y ménos la instruccion de lo que habia de hacer, sino era del mismo gobernador en persona, para saber á punto fijo si era este quien fomentaba un proyecto tan escandaloso.

Todo salió como se habia pensado. El que se fingia agresor entró la noche del 27 de agosto, le ofreció el gobernador 6,000 pesos y embarcacion pronta para conducirlo á donde gustase; le ratificó uno y otro con todas las expresiones que podian inducirlo á la seguridad, y firme asenso de lo que se le prometia ;

Pasos réprobos

del gobernador para cometer

un atentado.

Id.

1762.

Id.

Se divisó una escuadra.

Desembarco.

Ejercicios

y preparativos

militares.

y cuando el dragon manifestó con certeza estar satisfecho de la palabra que le daba un hombre de su carácter, le advirtió que sin perder un instante de tiempo debia partir á desempeñar aquella arriesgada comision, porque el centinela del almacen, que debia custodiarlo desde las 12 á las 2 de aquella misma noche, debia ser su cómplice en virtud de lo estipulado con él antecedentemente, y que ambos ántes del dia regresarian á la

plaza.

Engañado de esta suerte el dicho gobernador, le entregó dos granadas y dos mechas, dos martillos y un saquillo de pólvora, para que usando de todo en la forma en que le instruyó largamente, segun consta de la sumaria jurídica, consiguiese aquella noche el efecto deseado, y finalmente le despidió con la advertencia de que iba á esperar sobre uno de sus baluartes el momento del estrago. Esta idea depravada del gobernador nos hizo creer que tendria noticia de la declaracion de la guerra en Europa; pero, sea lo que fuere, siempre nos pareció accion indigna de su empleo y carácter, mientras que la guerra no se publicase. (Setiembre de 1762)

Finalmente, si este gobernador obraba entónces en fuerza de conjeturas, se aumentaron cuando divisamos de nuestro campo y el de su Colonia el 3 de setiembre 32 velas, que se reducian á una fragata de guerra, un navío, tres avisos, 12 lanchas grandes armadas en guerra, y las demas de trasportes. Los dias 4, 5, 6 y 7 estuvieron bordeando á nuestra vista y formando un agradable espectáculo, en la anchura de 9 á 10 leguas que por esa parte tiene el rio. El 7 dieron fondo, y el 14 se concluyó el desembarco de gente, pólvora, balas, cureñas, avantrenes y demas pertrechos.

Desembarazada la gente de estas maniobras, se ocupó en el ejercicio de las armas; en imponer en el buen uso y en manejo de ella á la tropa de milicias; en perfeccionar la maestranza y fraguas, varios pertrechos y útiles, mientras que los ingenieros y artilleros atendian á lo que deberia ser necesario para la construccion de sus baterías: dando tiempo tambien á que llegasen 113 carros que conducian de Montevideo la artillería y

1762.

balas, que de órden del general habia desembarcado la fragata en aquel puerto para que sabido por los Portugueses, estuviesen con el menor recelo. Llegó todo este tren al campo del bloqueo el dia 26. El dia 27 llegaron 1,200 Indios de las Misiones Llegada de un tren. de la compañía destinados al trabajo. Los dias 28, 29 y 30 se consumieron en leer los pliegos de una tartana, que llegó de Cádiz, con la declaracion de la guerra contra Portugal, y con varios cajones de cartas para todo el reino..

El dia 1o de octubre marchó toda la tropa de infantería y dragones, desde los cuarteles de su antiguo campo, toda ella formada y con tambor batiente, á acamparse en tiendas, á media legua de distancia de la plaza, pero á cubierto de ella; y estando formada sobre las armas, se publicó el bando, declarando la guerra á los Portugueses, quienes desde lo mas elevado del terreno que llamábamos neutral (por estar entre sus centinelas avanzadas y las nuestras) oyeron las cajas, sospecharon del bando, observaron el número y calidad de nuestra gente; y vieron tambien al general que llegando poco despues, pasó á caballo, por el frente de ella, que repetia con mil señales de gozo, viva el rey, y viva el general, quedando este bien satisfecho de la bella disposicion que todos manifestaban para desempeñar su deber.

Esa misma tarde se dió principio á la formacion de una batería de 7 cañones sobre la marina: los 5 deberian obrar sobre la plaza, y los 2 se dirigian contra los navíos, para expulsarlos del puerto. El terreno de esta batería era ventajoso, porque pudo formarse sin el menor riesgo, y la misma naturaleza habia formado una grande zanja, que servia de camino cubierto para llegar á ella, y para resguardo de la tropa destinada á sostener 200 hombres que la trabajaban.

El general tuvo una muy particular idea en la formacion de esta batería; porque le pareció, que entrando de golpe á abrir la trinchera en distancia proporcionada para batir en brecha, podia el cañon de la plaza hacer mayor estrago, no teniendo otro objeto á que atender; con que para evitarlo la destinó con cañones de á 12 para el uso de la bala roja, á fin de que mién

Aviso

de la declaracion de la guerra

contra el Portugal.

Publicóse

por bando.

Aprestos le'icosos:

ld.

1962.

Id.

Reconvinc fl gobernador

de la Colonia al gobernador Ceballos.

tras se abriese la trinchera principal, pudiésemos desde aquí incendiar y demoler algunas casas, cuya diversion habia de embarazarlos demasiadamente para atender á otra parte. Esta batería amaneció perfeccionada, y en estado de obrar la mañana del dia 4, sin que la plaza disparase ni un solo cañon á esta obra, que aunque levantada á 500 toesas de sus murallas, estaban sin embargo á su vista los trabajadores hasta que lograron perfectamente el cubrirse; y lo mas es que el mismo general y los de su comitiva estuvieron de dia atendiendo á los trabajos en campo raso, á cuerpo descubierto. El campamento se mudó este dia á otro paraje inmediato sobre su derecha, mas seguro, y que no podia descubrirse desde el terreno neutral.

El dia 5 al amanecer habia ya un camino cubierto que subia desde la batería hasta cerca de la huerta del hospicio, el que despues se continuó hasta encontrarse con otro que venia de los médanos, y ambos con todas las obras de trincheras, baterías y ramales hasta tocar en el foso; todas estas comunicaciones estaban tan cómodas, anchas y profundas, que se andaba por ellas á caballo con toda comodidad. De modo que nuestra tropa salia del campamento y llegaba á la plaza sin ser vista, y esta fué la primera idea que se propuso el Excmo. Sr. Ceballos, porque, amante de su tropa, quiso hacer el sitio sin riesgo de perderla, como despues se ha visto.

Como el gobernador de la Colonia observó que aquella primera entrada encubierta que salia de nuestra batería, se iba acercando á sus guardias, y penetrando todo el terreno neutral, reconvino á las 10 de la mañana á S. E. con una carta, en que preguntaba por el fin á que se dirigian aquellos trabajos. Y se le respondió inmediatamente que cada uno en su casa podia hacer lo que le pareciese. Á las 3 de la tarde reconvino segunda vez previniendo que si no cesaban aquellos trabajos harian fuego de la plaza. La respuesta de nuestro general se redujo á dar órden para que todos nuestros trabajadores se fueran adelantando, y continuando con esfuerzo, pero sin salir del cubierto en que ya estaban por aquella parte. Mandó asimismo

que los artilleros estuviesen prontos, y con balas caldeadas y encendidas para hacer fuego en disparando la plaza. Nombróse por comandante de trinchera, al que lo habia sido del campo del bloqueo, teniente coronel D. Diego de Sálas, nuevamente provisto por teniente de rey de Buenos Aires, oficial de experiencia, valor y acreditada conducta; el cual permaneció en la trinchera 9 dias y despues alternó con el teniente coronel de dragones D. Eduardo Wall, que desde Montevideo, donde, estaba para retirarse á España, pidió licencia para servir en el sitio.

Á las 7 y 35 minutos de la noche se mandó que desfilasen en dos columnas 300 hombres para sostener á 800 trabajadores, que iban á abrir la trinchera; y como esta, por disposicion de los ingenieros y del general, habia de abrirse á 200 toesas de la plaza, era preciso sorprender ó hacer retirar sus guardias, como efectivamente sucedió; porque babiéndose avanzado un sarjento con 20 hombres, á quien sostenia un piquete con el capitan de infantería D. Cárlos Ochara, y respondido que eran desertores á la voz de Qué gente de los Portugueses; como ellos se fueren adelantado siempre formados, y no de uno en uno, como gritaba la guardia portuguesa, disparó esta dos fusiles, y se respondió con una descarga cerrada que los puso en fuga dejando algunas casacas y sombreros en el campo de guardia donde estaban; y no se duda, que tres cadáveres vestidos con su uniforme, que se han visto desde el principio del sitio en el foso de la plaza, fueron de los que retirándose heridos murieron allí, mientras que esperaron con los demas á que se abriese la puerta.

Inmediatamente comenzaron los trabajos, quedando la tropa que los sostenia en el abrigo de aquellas zanjas que servian de foso á la valla ó parapeto de tunas con que cercaban sus huertas al modo de Buenos Aires. De suerte que, sobre la derecha, y á lo largo del camino, desde cerca del hospicio hasta la trinchera que se abria, estaban 300 hombres á cubierto sin poder ser ofendidos del cañon: seguridad que debimos á la inadvertencia, ó poca práctica del gobernador de la plaza, que pudo

1762. Disposiciones

para un ataque.

Descarga hecha á los Portugueses. Fuga de estos.

Comenzaron

los trabajos

de trincheras.

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