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Estimaré que cuando Vd. en el primer aviso escriba á los amigos y al Sr. D. N... y D. N... les participe ser mia esta serie. de noticias, y puede Vd., si quisiere, dirigirle mi carta original, pues me conocen bastante para que no les quede duda de ser verídicas. Nuestro Señor guarde á Vd. muchos años.- Colonia, 20 de febrero de 1763.

AÑO DE 1763.

Copia de una carta escrita por un residente en la plaza de la Colonia, á quien se le atribuía ser autor de la carta ó manifiesto que ha corrido con fecha de 20 de febrero del año pasado de 1763, sobre la conducta de D. Cárlos Sarria.

1763.

Copia de una carta sobre Sarria.

de otra reputada

por un libelo infamatorio,

Muy Sr. mio: en carta de 27 de setiembre (?) me participa Vd. Niega ser el autor los oficiales de marina de una y otra fragata me hacen autor que de una carta, en que muy difusamente se da noticia al público de la conducta del Sr. Sarria, que fué comandante de la fragata Victoria; que dicha carta se ha tenido por un libelo infamatorio; que si su contenido fuera verdad, era forzoso cortarle la cabeza ; que solo yo he podido haber á las manos las cartas ó documentos que se mencionan allí; y que sentidos de esto dan parte al Sr. Bailio.

Mucho temo que quien ha persuadido á Vd. para escribirme, no lo haya hecho con el designio de ver si confidencialmente confieso haber yo extendido la referida carta, ó á lo menos para saber el dictámen que formo sobre ella, á fin de inferir por ese medio lo que les tuviese cuenta.

Quien sea el autor verdadero de la carta, yo lo sé; y si al derecho de defensa de los interesados, que quieren llamarse ofendidos, pudiera servir el que yo lo declarase, no solamente lo haria en esta, sino que lo ejecutaria tambien en el modo mas solemne que les conviniese estando, como lo estoy, bien asegurado de que quien la formó se producirá al público sin el menor embarazo, siempre que se proporcione un pequeño motivo y no sea sola la curiosidad quien lo demande.

Para que esta carta, ú otro cualquiera papel, pueda calificarse

Sabe quien

es autor.

1763. Condiciones de un libelo infamatorio.

Modo de averiguar

si esa carta merece este calificativo.

Id.

Sobre la órden

de perder la fragat.

de libelo infamatorio, deben concurrir la calumnia, la ocultacion de lo verdadero, y la expresion de lo falso; y en instrumento de esta naturaleza debiera faltar la legalidad en la copia de los papeles y cartas que se mencionan allí. Vd. sabe que yo sé calificar; y yo sé tambien que solo con este conocimiento y con estos motivos puede calificarse de infamatoria la referida carta. Ahora pues, para que se juzgue si realmente esos caballeros califican bien, les hago la merced del nombramiento de jueces en su causa propia, con tal que observen la siguiente forma.

Congréguese la asamblea en la cámara de la fragata la Vénus; pídanse á Sarria las cartas del Excmo. Sr. general, que están copiadas en la carta en cuestion que les ofende; háganse sacar luego las copias de las que allí se dice haber respondido á S. E., y ejecutando esto, pronuncien sentencia sobre si aquellos traslados están allí puestos con legalidad. Para todo esto no necesitan auxilio forastero, todos los dichos documentos los deberá exibir Sarria, y hallados en la mencionada carta conformes con su original, hagan una apuntacion que diga así : « Las cartas de S. E. á Sarria, y las respuestas de este, de que se hace mencion en la carta ó manifiesto del 20 de enero de este año, están copiadas á la letra con fidelidad. »

Pasen luego á saber si sucede lo mismo con un capítulo de carta del teniente ingles, en que da parte á la secretaría del almirantazgo del ataque de la Colonia, y habla muy poco favorable á la conducta de Sarria. Para esto no hay mas que llegarse á la casa de Campana, ó donde estuviese hospedado ese prisionero oficial, y hallando haber escrito realmente al almirantazgo lo que allí se dice, para no olvidarse en la definitiva, harán otra segunda apuntacion en estos términos : « Item es cierto, y finalmente traducido el capítulo de carta del ingles, que se alega en la anónima carta contra Sarria. »

Despues de esto debe instruirse este tribunal de si es cierta ó no la órden. para perder la fragata, que del mismo puño de Sarria está en los autos, y á que se remite el ya referido manifiesto. Para enterarse de esto, den la comision á un sugeto

1763.

de juicio y de verdad que pase á esta plaza, y si consigue del auditor de guerra la confianza de ver la sumaria ocultamente allí, verá, como yo tambien lo he visto, la referida órden; y verá las declaraciones de toda la tripulacion y oficiales de mar de la fragata Victoria, y en ellas encontrará contestemente referido por todos, y por cada uno de los declarantes, cuanto en el manifiesto se dice de la conducta de Sarria, y en vista de todo pronunciarán lo siguiente: « Fallamos que todo el conte- Resulta que la carta nido de la carta anónima está conforme, y se deduce necesariamente de las cartas y sumaria que allí está; en cuya atencion se retracta este tribunal, y corrige la nota del libelo con que antecedentemente habia calificado aquel escrito. »

no es un libelo.

Falta

en calificarla de tal;

Ahora, amigo, ¿qué le parece á Vd.? ¿No es bien fácil la ejecucion y prueba de todo le que aquí digo? No se puede du- de circunspeccion dar pues diga Vd. á estos señores que antes de ofender á nadie con un juicio temerariamente vano, parcial y sedicioso, den los pasos que les aconsejo, que son los mismos que un consejo de guerra debe dar para saber la verdad en un asunto tan serio. Gritar esos caballeros contra el general, contra mí y contra todos aquellos que tienen el honor de merecerle una particular inclinacion, es querer confundir con voces la fuerza del argumento. Todo su esfuerzo deben aplicarlo á falsificar punto por punto cuanto contiene esa carta, que tanta fuerza les hace. El negocio lo juzgo para ellos imposible; porque me consta de vista, que no resulta de esa dicha carta cargo alguno, que no sea real y verdaderamente tan cierto como allí se expresa. Ni hombre alguno de razon podrá persuadirse á que allí habian de allegarse papeles ó cartas que no correspondiesen á sus respectivos originales, especialmente cuando está en manos del mismo Sarria verificarlo, ó hacer notoria la falsedad á todos.

La noticia que quieren comunicar al Sr. Bailio de ser yo el autor del manifiesto, es muy importante al servicio del rey y á la defensa de estos caballeros; y siendo regular que se les absuelva y premie con la noticia de que yo escribí una carta á un amigo dando razon de su conducta, harian muy mal de retardar por un instante al Sr. Bailio una noticia de que de

Noticia

al señor Bailio sobre esto.

1763.

Cobardía

de Sarria.

pende su felicidad. Solo hay un inconveniente, y es que siempre que sobre el asunto de ser yo el autor del manifiesto se me reconvenga, diré claramente, que mienten esos señores, y desde ahora lo digo para entónces si no ocurre motivo que me inspire deber responder de otra manera.

Sarria huyó de la escuadra portuguesa, cuyas fuerzas eran é insubordinacion inferiores, como despues se ha visto jurídicamente en la toma de la plaza; la fuga fué nocturna, que es circunstancia agravante; se mantuvo en la Ensenada sin querer obedecer las órdenes del general; pasó su artillería á tierra, con pretexto de defender el puerto, no siendo de su cargo este cuidado, y sirviendo solo de hacer saber á los Portugueses, que ya eran dueños del rio. Desamparó su fragata la tarde del 6 de enero, porque ardia un navío ingles, á 300 toesas de distancia; quedó la pobre tripulacion con oficiales de guerra; salvó el dia siete su equipaje hasta lo mas inútil y abandonó lo del rey; mandó echar al agua su artillería y la fragata á pique, sin dar parte de nada al capitan general, etc.: pues diga Vd. á esos señores que traten de cohonestar estas menudencias, y dejen en paz á un hombre que en nada les ha ofendido. Colonia, 16 de marzo de 1763.

Sobre el sitio y defensa

de la Colonia,

Colonia del Sacramento, 27 de abril de 1763.

Hace mucho tiempo que esta plaza es el manantial de todas las noticias agradables que se han podido difundir por estos reinos. El vigoroso sitio que se le puso, su rendicion, lo mucho que se halló en ella ser perteneciente al rey, la bella defensa que el 6 de enero hizo contra la escuadra inglesa con entera derrota de ella, y el aumento de fortificacion que ya la va poniendo en un estado inexpugnable, con todas las demas cosas que son consiguientes á estos hechos, han dado abundante materia para formar las papeletas con que al público se ha hecho saber sucesivamente cuantos sucesos favorables podia desear. Y aunque es cierto que á todos habrá parecido mucho lo Ceballos de castigar obrado por esta parte, con solo mil hombres de tropa arreglada

Deseos del gobernador

á los Portugueses.

y otros mil de milicias, al Excmo. Sr. D. Pedro de Ceballos, gobernador y capitan general de esta provincia, le parecia muy poco; y siempre indignado contra la felonía y mala fe con que la nacion portuguesa en estos últimos años ha intentado usurpar con efecto muchos y muy importantes puestos de estos dominios de la América, deseaba vivamente dar á estos enemigos el correspondiente castigo y restaurar lo usurpado á cualquier costa. Para este efecto, atropellando un sinnúmero de dificultades que oponia la flojedad del paisanaje, y la envidia de sus émulos, formó el designio de ir á atacar personalmente las fortalezas del Chuy, San Miguel, Rio Grande y demas puestos que habian ocupado en mas de 200 leguas (L. O.) del usurpado terreno.

Resuelto ya á esta conquista, fué haciendo desfilar poco á poco sus tropas hácia Maldonado; despachó la artillería de montaña y de batir; hizo depósito de víveres en lugar compeTente, y el dia 19 de marzo salió de esta plaza con 300 dragones que en 10 dias condujo al puerto de Maldonado, distante 80 leguas de aquí, á donde llegaron sin novedad alguna, y sin el menor quebranto.

Pasó inmediatamente revista de sus tropas, interpoló la de milicias con los dragones, se reemplazaron las armas que faltaban, formó el plan de batalla, dió todas las disposiciones conducentes al buen éxito de la empresa; y el dia 8 del corriente formó todo su ejército, y lo puso en marcha en dos columnas.

Traía la vanguardia el capitan D. Alonso Serrato con 150 hombres, la artillería iba en el centro de las dos columnas, y á la retaguardia seguian 179 carretas con la escolta competente, y en esta forma despues de 7 dias se llegó al arroyo de Castillos Grandes, donde por ser el último lugar donde podia cortarse cómodamente la fagina, paró un dia el ejército para cortarla; puso la artillería sobre sus cureñas, y se aumentaron todas las precauciones necesarias porque ya se iba á entrar en una angostura de tres leguas, en cuya extremidad estaban las baterías de los enemigos.

Aquí tuvieron órden el mayor general D. Cárlos Morfi y el maestre de campo D. Manuel Dominguez para adelantarse con

1763.

Su designio de atacar unas fortalezas.

Su embarque

para Malonado : salida de tropas.

Revista de tropas.

Su distribucion.

Órden

de adelantarse

de CastillosGrandes.

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