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1763.

Reconocimiento de posiciones enemigas.

Sus ventajas.

Orden general.

el detacamento de la vanguardia, á fin de reconocer y demarcar el terreno en que debia acamparse el ejército, á vista del enemigo, pero fuera del tiro de cañon. Cuatro horas despues lo puso en marcha el general; y adelantándose con una pequeña partida á reconocer el campamento que habian elegido los comisionados, halló estar mas distante de los enemigos de lo que convenia, por lo que lo adelantó un poco mas hasta situar las grandes guardias casi á tiro de fusil de sus trincheras, pero en paraje cubierto del cañon, y luego acampó el ejército fuera de su tiro, en la orilla de la gran laguna.

El dia siguiente, que fué el 17, pasó S. E. con 100 hombres á reconocer la situacion de los enemigos, sus trincheras y el fuerte que tienen construido en el cerro mas alto, que média entre el mar y la laguna, en tal proporcion que por ser muy estrecha la angostura en este paraje, alcanza el cañon á una y otra parte, hasta cuyos extremos se extiende por ambos lados la trinchera con un ancho y profundo foso.

Ni el deseo pudiera fingir una situacion mas ventajosa á la que tenian los enemigos, quienes estaban acampados por cuarteles en disposicion de acudir prontamente á cualquier parte por donde se intentase penetrar. S. E. lo vió todo muy á su satifaccion, sin mas embarazo que algunos pocos tiros que le dispararon del reducto de la marina; y habiendo reconocido á tiro de fusil de la fortaleza una abertura proporcionada para colocar en ella nuestro cañon, dispuso que aquella misma noche se construyese una batería de 6 cañones de á 12, la cual se empezó al punto de oscurecer, y estando el dia siguiente por la mañana concluida, se llevó á medio dia el cañon por un terreno quebrado, aunque en partes descubierto de los enemigos, quienes hicieron bastante fuego, como tambien lo habian hecho la noche antecedente, sin haber hecho mas daño que la muerte de un peon. Y estando las cosas en este estado dió S. E. alejército la siguiente órden general:

Órden general de 18 para 19 de abril.

Debiendo ponerse en marcha el ejército dos horas antes de

dia, quedará toda la tropa esta noche con caballos que haya tomado por la tarde, la artillería pronta, con los bueyes unidos á las cureñas y carretas del tren, todas las demas carretas uncirán por la mañana, y las caballadas y ganado vacuno se recogerán á la misma hora, para ponerlos en movimiento luego que se mande.

A la 1 de la noche se empezará á formar el ejército dividido en 6 escuadrones, y 2 columnas como ha venido en la marcha, pero se sacarán del cuerpo de dragones 100 hombres que con los blandengues y gente de Santa Fe formarán el cuerpo de reserva á las órdenes del capitan D. José de Molina.

Los dragones que voluntariamente se han ofrecido para las acciones de distincion, los infantes y los indios de Buenos Aires, marcharán á la cabeza del ejército con útiles, y una fagina cada uno, á las órdenes del mayor general, y cuando hayan de echar pié á tierra, que será á distancia de 3 ó 4 tiros de fusil de la trinchera de los enemigos, entregará cada uno de los expresados su caballo á uno de los soldados de la columna de la izquierda, los cuales los tendrán con cuidado de la rienda. hasta que franqueado el paso vuelvan sus dueños á tomarlos. Detras de cada columna marcharán 4 cargas de cartuchos, pero la artillería irá en el centro con todo su tren, y la prevencion necesaria para que pueda servir al punto que se le mande, en la inteligencia de que antes de llegar á la trinchera, se han de colocar los 4 cañones de á 8 en paraje proporcionado para hacer fuego á los que la defendieran, y á todos los enemigos que se pusiesen á tiro.

El capitan D. Manuel de Ayala, con la gente de su cargo, se adelantará á media noche á los parajes que se le han dicho, para tocar un alarma falsa, y por este medio llamar hácia ellos la atencion de los enemigos; pero cuando vea que quiere amanecer, vendrá con ella á incorporarse en el ejército con el cuerpo de reserva que marchará por donde se le dirá.

Como el intento es sorprender á los enemigos por el paraje en que se ha de hacer el verdadero ataque, no se tocarán cajas, y el ejército formará y marchará con el silencio posible, y luego

1763.

Aprestos

para marchar.

Formacion del ejército.

Su distribucion.

Su marcha en columnas.

Orden de tocar falsa alarma.

La marcha

será en silencio.

1763.

Nada de cuartel, hasta segunda

órden.

Penas contra la indisciplina.

Vív eres.

Caballadas.

Los enemigos precipitaron

su ruina.

que hayan penetrado los escuadrones, se irán formando con la mayor presteza en batalla á 2 de fondo, ocupando la 1a fila los dragones, y la 2a las milicias.

Se nombrarán 2 destacamentos que formarán con el cuerpo de reserva, el primero de 80 hombres, mitad dragones y mitad milicias á las órdenes del teniente Piera, con el baqueano Miguel Moyéiras, para marchar con la mayor diligencia luego que se le mande á coger la caballada que tienen los enemigos en el Chuy; y el 2o de 50 hombres, 25 dragones y otros tantos de la gente de Santa Fe, á las órdenes del teniente D. Joaquin Morote, con el baqueano Pedro de Gómez, vaya con toda la prontitud, luego que se le avise, á recoger la caballada, que está en el rincon de Félix José.

Siendo de igual importancia á las armas del rey, como al bien del real servicio, hacer en los enemigos tal destrozo, que, asegurada la victoria, no les quede arbitrio para poderse volver á juntar, se previene que hasta que yo lo mande no se dé cuartel, sino que obrando todos con la bizarría que es propia de la nacion española, lo lleven todo al filo de la espada.

Ningun soldado se divertirá, pena de la vida, en el saqueo, hasta que concluida la funcion se les dé permiso, como efectivamente se les dará, para que se aprovechen de todo cuanto hubiere, fuera de las armas y municiones, y lo que fuere perteneciente al rey de Portugal, lo cual toca al rey nuestro señor.

Se cargarán en mulas los víveres correspondientes á un mes para 300 hombres, como tambien dos cargas de cartuchos, á fin de que pueda seguir este destacamento luego que se le dé órden para ello.

Á la misma hora, se traerán las caballadas á los rodeos, que formarán las carretas, á fin de tenerlas mas seguras, y defender con la gente destinada para su custodia, no solo los caballos, sino tambien las carretas de los equipajes. Hasta aquí la órden del general.

Esta órden la dió S. E. con el intento de batirlos todo el dia 19 y atacarlos en la misma noche en la forma que se expresa; pero los enemigos anticiparon su ruina, porque habiendo re

suelto hacer una salida para clavar nuestro cañon Y deshacer los ataques, trastornaron la idea de nuestro general y la ejecucion de sus designios, que eran el asaltar al enemigo por todas partes á un mismo tiempo, como de la misma órden general se colige.

Ellos salieron efectivamente de sus líneas, hasta 400 hombres formados en batalla; pero apénas habian dado algunos pasos fuera de sus trincheras, cuando vieron ir contra ellos todo nuestro ejército á rienda suelta, porque como estaban todos los lances prevenidos, al primer aviso que se tuvo de que salian, estuvo toda la tropa á caballo y S. E. al frente, que tuvo la mayor complacencia de ver la alegría con que así las tropas veteranas como las milicianas le seguian, con vivos deseos de llegar á las manos con los enemigos; mas viendo estos el ímpetu con que nuestro ejército iba á caer sobre ellos, se entregaron á la fuga, con un raro desórden y tan lijeramente que no fué posible alcanzarlos.

1763.

Huyeron

en desórden.

Id.

Sin embargo, la consternacion que esta pronta diligencia de los nuestros les ocasionó, fué tanta que ya no era posible á los oficiales sujetarlos en la fortaleza, y desbandándose últimamente huyeron en esa noche 1,200 hombres, tomando cada uno el rumbo que le pareció; de modo que quedaron únicamente dentro de sus líneas el coronel D. Tomas Luis de Osorio, comandante, 25 oficiales y 280 dragones, los cuales ántes de amanecer tocaron llamada para capitular, pero no se les admitió la Toque de llamada propuesta, ni se les dejó otro medio ó esperanza para libertar la vida, que el de rendirse á discrecion sobre la marcha, sin concederles ni aun média hora de tiempo para deliberar. Ellos tomaron este partido, y en consecuencia ántes de romper el dia se abrieron las puertas de la fortaleza, y entraron á ocuparla tres escuadrones nuestros que estaban para custodia de las baterías.

En esa misma hora despachó S. E. tres destacamentos que con la mas viva diligencia persiguiesen á los fugitivos, y una hora despues hizo salir otro de 300 hombres á las órdenes del capitan de infantería D. José de Molina, para que fuese refor

para capitular.

Persecucion de los fugitivos.

1763.

Órden de intimar

rendicion

zando los demas, y con la órden de que todos fuesen en demanda del Rio Grande, å fin de que cortando aquella retirada se hiciese indefectible la ruina de todos los que para salvarse habian tomado el medio vergonzoso de la fuga.

Al capitan D. Alonso Sarrato mandó tambien S. E., que con una partida pasase á intimar la rendicion del castillo de San de San Miguel. Miguel al oficial portugues que lo mandase. Este castillo es un

al Castillo

Buen trato dado

bonete con murallas y baluartes de bastante fuerza, y hubiera sido bastante enfadoso el atacarlo para batirlo en brecha; pero todo este trabajo nos excusó la pronta resignacion del comandante de él, porque sabida la derrota de la angostura y la pérdida de aquella fortaleza, se entregó prisionero de guerra con toda su guarnicion, cuya lista se pondrá al fin de esta relacion, para completar la noticia en el mejor modo que puede desearse, - y se añadirá la expresion de las armas, pertrechos, municiones y demas que se ha encontrado en esta fortaleza.

Los prisioneros han admirado el buen trato y urbanidad de á los prisioneros. S. E., que luego mandó que no se llegase al equipaje de los oficiales, y sobresale mas esta generosa atencion, visto el indigno tratamiento que ellos han dado á uno ú otro vasallo del rey de España que han cogido en la frontera, cuando han penetrado por ella á robar las estancias y ganados; y aun mas se admirará el público cuando sepa, que en la espesura de un bosque, por donde debian pasar nuestras columnas, habian destacado tres paulistas, buenos fusileros, con la órden de que matasen á nuestro general; pero habiendo llegado nuestras tropas á ese paraje ántes de lo que ellos pensaban, no tuvieron tiempo para ejecutar un designio tan escandaloso y que aun el furor de la guerra no puede cohonestar.

Toma

de Rio Grande.

El gozo de esta conquista se ha aumentado con la toma del Rio Grande, cuya poblacion halló ya abandonada D. José de Molina, retirándose de allí los enemigos con tanta precipitacion, que no pudieron clavar toda su artillería, sino 10 cañones, que luego se pusieron en buen uso, ni inutilizar, quemar ó arrojar la pólvora y demas pertrechos que se han encontrado allí. Tolo lo cual ha aumentado nuestras fuerzas notablemente,

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